martes, 11 de junio de 2013

06 LA MOVILIDAD COMO GENERADORA DE CIUDAD

Entender y aceptar el enfoque de la movilidad como una variable importante en la generación de las ciudades, nos obliga a aceptar la diferencia entre el concepto antiguo de transporte – que implica un dispendio de energía, y por lo tanto la creación de infraestructura especializada para tratar de abaratar el costo del viaje -, con el nuevo concepto de movilidad, que supone atención a formas autónomas de desplazamiento, nuevas ofertas de desplazamiento, y gestión del gaste energético y espacial en la ciudad. Así, podemos entender que la movilidad es la expresión de un derecho de los ciudadanos en el que descansa la realización de gran parte de sus necesidades de conexión.

Como ya hemos visto, el enfoque de transporte, nos lleva siempre a la creación de nuevas infraestructuras en la ciudad, que generan un gasto energético, además de la relación entre motorización e incremento de espacio viario lleva a un círculo vicioso en donde la dependencia del automóvil implica además de costos energéticos, costos sociales, ya que implica una pérdida de autonomía en el desplazamiento urbano y una exclusión de los ciudadanos que no cuentan con un automóvil para su desplazamiento. Es por esto, que el enfoque de la movilidad, al incorporar diferentes formas de desplazamiento urbano, logra generar un mejor ejercicio de la democracia y del derecho a la conexión por parte de los ciudadanos.

De esta forma, podemos ver que la movilidad termina siendo una efectiva arma de sostenibilidad urbana, desde las tres calificaciones de la sostenibilidad en la ciudad que abarca la justicia social, el dispendio de energía, y el grado de contaminación ambiental. En innegable entonces, la necesidad de replantear la planificación de las ciudades, a partir del concepto de movilidad, buscando darle preferencias a los desplazamiento no motorizados y autónomos, pensando incluso que uno de los aspectos más importantes de la eficacia de los sistemas de transporte, radica en la sincronización y rapidez del engrane entre los distintos modos de viaje y la calle misma, que de forma unánime se da en un sentido no motorizado.
Como consecuencia de un entendimiento del concepto de movilidad sobre el de transporte, podríamos identificar algunas alteraciones en el modelo social, como serían por ejemplo el incremento del trabajo autónomo y la diversificación de los lugares de trabajo; la tendencia al equilibrio en la distribución de los desplazamientos a lo largo del día, la tendencia a la utilización del vehículo privado sólo para eventualidades o fines de semana, no para el desplazamiento cotidiano; el encarecimiento del uso del vehículo privado; y la generación de una mayor conciencia social sobre los costos energéticos y medioambientales.

Sin embargo, adoptar este nuevo enfoque supone entender algunas variables de las formas de desplazamiento en las ciudades, para poder plantear un sistema de movilidad coherente:
  •           La forma urbana, su expansión y su poder productivo, depende directamente de la extensión y forma de sus redes de infraestructura.
  •           El tipo y cantidad de desplazamientos que se producen en una ciudad dependen de su desarrollo económico y de su idiosincrasia cultural, pero la expresión espacial de las diferentes formas de desplazamiento, está referida a la localización de sus diferentes actividades sobre el territorio.
  •           Ya que la expresión de los flujos depende  de la localización de las actividades en el territorio, y esta es producto de la forma y extensión de las redes de infraestructura, se concluye que éstas tienen una enorme influencia en la expresión espacial que adopte la movilidad.

Todo esto, supone una necesaria atención a las infraestructuras de la movilidad, que no es otra cosa más que la sumatoria de las calles de una ciudad y sus redes especializadas de transporte. Así, la gestión de la movilidad urbana radica en el nivel de adaptación a estos nuevos sistemas de desplazamiento, y a la capacidad de gobierno del espacio público urbano. Comprender estos conceptos, nos lleva a pensar que:
  •      Todas las formas de desplazamiento son importantes en la ciudad, y por lo tanto todas merecen atención. La atención excesiva de las formas de desplazamiento que ocupan más espacio, lleva a la marginación de otros modos de desplazamiento.
  •           La inexistencia de espacios adaptados a los requerimientos de las formas más normales y autónomas de desplazamiento en distancias cortas, repercute en la imposibilidad de desplazamiento para grandes capas de la población.
  •       Las políticas de dar preferencia a determinadas formas de movilidad en áreas determinadas de la ciudad, sólo será efectivas si se integran a una visión global de movilidad en la ciudad, contemplando las diversas redes de infraestructura y desplazamientos.
  •           Esta integración de los diferentes modos de desplazamiento urbano, consiste en la aceptación de que no todos los modos de desplazamiento tienen la misma eficacia según sus motivaciones, distancias y condiciones en que se dan.
La movilidad como generadora de ciudad, Sevilla, España.

No hay comentarios:

Publicar un comentario